Normalmente cada vez que un mundial llega, todos nos emocionamos con los partidos de los poderosos equipos como Inglaterra, Nueva Zelanda, Australia, Francia, etc. sabemos que es el rugby en su máximo nivel, pero existen los animadores del mundial, esos equipos del Tier 2 que se cuelan a la máxima competición de nuestro deporte y que llegan como completos desconocidos, Zimbabue en 1989, Costa de Marfil en 1995, Uruguay y España en 1999, más recientemente Portugal en el 2007 y Rusia en el 2011, y este fin de semana, Filipinas en el Mundial de 7's. En lo personal soy un fiel fanático de los equipos chicos en los mundiales, esos equipos que hacen su propio mundial, y que el hecho de estar ahí ya es ganancia.
Un servidor tiene un especial recuerdo por un partido del Mundial Francia 2007, que probablemente les pasó desapercibidos a todos y que tengo en mi videoteca personal como es una muestra pura de orgullo, y de como el corazón juega, y de que los mundiales muchas veces pasan a ser un solo partido, ni siquiera una final o una semifinal, un partido de la fase de grupos. Rumanía-Portugal.
Los Lobos portugueses llegaban al Mundial gracias a un par de milgrosas victorias, primero ante Marruecos por un punto y despúes en el playoff final de la eliminatoria ante Uruguay, victoria que fue también por un punto en el resultado global de 2 partidos, completamente amateurs, que despúes de entrenar regresaban a sus trabajos como maestros, empresarios, doctores, etc. se habían ganado el derecho.
Llegó el Mundial y en derrotas con Escocia, Nueva Zelanda (por 100 puntos) e Italia se habían ganado el corazón de las fanáticos locales. Entonces llegaba Rumania, un equipo al que veian cada año en la Copa Europea y que eran viejos conocidos, pero no era un juego más, para Portugal, ese juego era su Mundial.
El estadio del gigante europeo Toulouse presentaba un lleno total, los franceses, rumanos y portugueses se habían volcado a este partido de "relleno".
Primero Uva recoge el balón, después Ferreira anota. |
Pero el Mundial de Portugal apenas empezaba, llega el medio tiempo y cual historia increible suene, Portugal lo gana 7-0, unos rumanos que no han jugado bien, es cierto. Es el minuto 60, y el marcador sigue con un 7-0, Portugal no hace más que tacklear, tacklear y tacklear, ya no tiene posesión del balón, recupera rocks y roba balones de manera increíble y todo lo patea, solo se defiende, los Lobos empienzan a sentir el rigor físico de los rumanos, minuto 62, bien fiel al estilo rumano, facturan gracias a un maul, y el marcador ahora está 7-7, pero Portugal aún tiene corazón, y mucho.
Minuto 70 y Rumanía ataca y ataca, pero un penal lusitano pone las cosas 10-7 a 10 minutos del final, pero al minuto 73, los delateros rumanos cobran de nuevo, y ponen las cosas 14-10, pero el corazón sigue jugando. Minuto 80, Portugal tiene un scrum a favor, a las 5, de su propio ingoal, con ese espíritu amateur, milagrosamente soportan a los poderosos 8 rumanos, y tienen el balón, están a 90 metros del ensayo, juegan un par de fases más. No, Portugal no recorrió 90 metros para ganar, es más ni siquiera salieron de su ingoal, un pase adelantado les cuesta el partido, y pierden 14-10, el corazón portugués jugó 82 minutos, contra los musculos rumanos, en un Mundial aparte.
Todos aquellos dignos fanáticos del rugby que quieran ver una muestra de entrega dentro de la cancha, consigan y vean este partido, no es espectacular, no tiene estrellas ni nombres, no se juegan el campeonato, ni siquiera el pase de ronda, pero esa noche, Portugal demostró que estando abajo en el marcador final, también se puede ganar, ganó su Mundial, su batalla, la batalla más importante, la de la entrega y el espíritu.
por historias como esta es que vale la pena ser un fiel seguidor de este deporte...
ResponderEliminar